viernes, 21 de junio de 2013

El clavicordio de Beethoven


En sus últimos años Beethoven pasaba horas tocando un clavicordio roto.El instrumento carecía de valor. Le faltaban teclas. Las cuerdas estaban estiradas. Estaba desafinado. El sonido era desagradable al oído.
Sin embargo el gran pianista tocaba hasta que le corrían lágrimas por las mejillas. De mirarlo, se pensaría que escuchaba lo sublime. Así era. Pues estaba sordo. Beethoven escuchaba el sonido que el instrumento debiera producir, no el que en realidad producía.
¿Alguna vez te sentiste como el clavicordio de Beethoven? ¿Desafinado? ¿inepto? ¿tu servicio a destiempo insignificante?
¿Alguna vez te preguntaste qué hace Dios cuando el instrumento está roto? ¿Qué sucede a la canción cuando las cuerdas están desafinadas? ¿Cómo responde el Maestro cuando las teclas no funcionan?
¿Da una media vuelta y se aleja? ¿Exige un instrumento de repuesto? ¿Se deshace del viejo? ¿o será que con paciencia lo afina hasta escuchar la canción que anhela? (Fil. 1:6)
¡Ten esperanza...el músico Maestro (Jesús), arregla lo que no podemos arreglar y oye música cuando nosotros no!
Fragmento tomado del libro Cuando Dios susurra tu nombre- Autor Max Lucado